Todos conocemos la bella canción Garota de Ipanema, o tal vez con el nombre de Muchacha de Ipanema, de la bella bossa nova de Brasil. No es a esa Garota de Ipanema a la que nos referimos sino a un pequeño parque que a ser justos, si no fuera por el nombre tal vez ni lo hubiésemos notado.

Este parque es pequeño y sus entradas no son del todo fáciles de ver. Se encuentra entre las playas de Copacabana e Ipanema, en la zona llamada Arpoador. A un lado tiene entrada en la rua Francisco Otaviano, que une a la avenida Atlántica de Copacabana y la avenida Vieira Souto de Ipanema. La otra entrada da a la playa, que a nosotros nos lució como Ipanema pero tenemos entendido que se le refieren por el mismo nombre que a la zona.

El parque tiene facilidades para diversas actividades: una rampa para skate board, mesas de ajedrez, canales infantiles y otras cosas similares. Nosotros no estuvimos mucho tiempo en este parque. Más bien sólo lo usamos varias veces para acortar el cruce entre las playas.

Tal vez a ciertas horas haya acción en este parque. Las veces que nosotros lo cruzamos estaba bastante desolado y eso que siempre fue de día cuando pasamos por allí. Una vez vimos dos personas sentadas en el parque y en otra ocasión vimos uno de esos minibuses con los que recogen a los niños callejeros pero no había nadie alrededor del minibús. Según tenemos entendido los domingos tienen conciertos allí, no sabemos porque no estuvimos en esa área los dos domingos que estuvimos en Río de Janeiro.

Una de esas veces que caminamos por este parque vimos una pequeña urna fuera del paso principal. Nos acercamos y entre los cristales se distinguían las imágenes del Sagrado Corazón de Jesús y del Sagrado Corazón de María. Tal vez el busto de algún héroe o alguna obra artística es lo que hubiésemos esperado en aquel lugar arrinconado. Las sorpresas son así, donde menos lo esperamos hay algo que nos llena de alegría.