Legalmente nosotros no hemos ido a Chile, sin embargo, realmente sí hemos estado en Chile. No, no ha sido nada ilegal. Es que en dos viajes a ciudades en América del Sur, uno a Montevideo y el otro a Córdoba, no hemos logrado conseguir vuelos directos desde Miami. Entonces hemos tenido que hacer escala en otro aeropuerto. Dado que Montevideo está en Uruguay Córdoba en Argentina, en el aeropuerto de Santiago de Chile nos pasan a la sala de espera de vuelos internacionales. En ambos casos éramos lo que llama “pasajeros en tránsito” y legalmente no entramos en Chile.

Tuvimos la oportunidad de darnos una vueltecita por Santiago en el viaje de Montevideo, pero veníamos enfermos. La transferencia de vuelos era como de doce horas, lo cual habíamos considerado perfecto para al menos tomar un taxi y ver algo de los alrededores. El malestar, que ya era dolor, nos aconsejó quedarnos en la sala de espera. No fue nada agradable. Esta terminal aun no la habían terminado y no todas las tiendas y facilidades estaban aun operando en toda su capacidad. En una de aquellas sillas pasamos largas horas tratando de olvidar que aun nos faltaba el largo viaje a Miami. Gracias a la amabilidad de los empleados de un café y dos o tres establecimientos ya operando logramos hacer el tiempo allí tranquilos.

Cuando fuimos a Córdoba también pasamos por el aeropuerto de Santiago. Otra vez como “pasajeros en tránsito”. Al entrar en la sala de espera, que ya nos es tan familiar, sentimos cierta nostalgia. La terminal ya estaba terminada, todas las tiendas abiertas, muchísimas más sillas, todo ordenado, y bueno, tal como nosotros nos la imaginamos que algún día sería durante aquellas horas que allí compartimos años antes. Ahora nos sentíamos perfectamente bien y no hay nada más agradable que esa sala en invierno sabiendo que su próximo avión sale con el alba. Nada más que de recordarlo la adrenalina se nos dispara. Ya en este viaje, tanto en la ida como en el regreso, la espera era de apenas un par de horas y preferimos portarnos bien. La próxima, aunque sea solo para ver lo que nos falta del aeropuerto, entraremos legalmente en Chile.

Lo cual no quiere decir que no conozcamos a Chile o que no lo podamos presentar. En estas fotos que nuestra amiga María Eugenia del Corto nos facilita comenzamos nuestro recorrido por este atractivo país del sur. Y sabemos, por lo que nos han contado muchos amigos chilenos que tenemos, que esto es sólo el principio.