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En uno de los tours que compramos en nuestro segundo viaje a la Argentina se incluía una visita a una estancia rural en la provincia de Buenos Aires. Según nos contó nuestra agente de viajes en Miami en tal tour íbamos a tener la oportunidad de compartir con el típico cowboy de la Argentina, el gaucho. Bueno, fue tanto su interés que accedimos a tal tour por no irle a la contraria. Por experiencias propias en los Estados Unidos ya es tan raro ver un cowboy aquí y mucho memos tan cerca de una de las ciudades mayores que aquello nos pareció una trampa turística. |
Una vez en Buenos Aires, una mañana los guías nos recogieron en el hotel y nos transportaron fuera de la ciudad. Sin lugar a dudas estábamos en el campo, pero permanecíamos desconfiados. Así llegamos a la hacienda y allí disfrutamos de una excelente bienvenida. No hicimos más que bajarnos del ómnibus y unas muchachas muy graciosas nos brindaron unas empanadas deliciosas. También había gauchos que nos brindaron vino, refrescos y agua mientras caminábamos por los jardines del lugar. Eventualmente llegamos a donde otro grupo de gauchos estaban cocinando las famosas parrilladas. Todo en mucho acorde y realmente como nos imaginamos que debería de ser en tal vez una fiesta de algún pueblo rural, pero no sabíamos si era cierto o sencillamente un escenario turístico. |
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Cuando sonó una campana pasamos al comedor donde sirvieron un excelente almuerzo y efectuaron un espectáculo típico de la Argentina rural. Muy bonito y emocionante oír las canciones argentinas que tantas veces hemos oído en los discos pero esta vez siendo presentadas en persona. Ya aquí fue donde nuestras sospechas empezaron a disiparse, porque hemos visto muy buenos artistas actuar, pero cuando se habla o canta del corazón se nota. Estos gauchos no estaban tocando los instrumentos o cantando de dientes para afuera. |
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Después del almuerzo nos permitieron disfrutar como espectadores de lo que le llaman el juego de la Sortija. Un gaucho a todo galope trata de atrapar con un palito en su mano una sortija que cuelga. Ya este juego lo habíamos visto en un pueblo de Cuba hace mucho tiempo donde todos estaban invitados a participar. Claro ya los años han cambiado, pero las dudas regresaron. ¿Por qué no le permitieron a algunos de los espectadores participar? Es cierto que éramos muchos los turistas aquel día en la estancia y algunos un poco atrevidos. Pero pudieron haber seleccionado a los que sabían montar a caballo y al menos darle una oportunidad de ganarse un beso. Porque cuando un jinete atrapa una sortija se la puede regalar a una dama en el público y ella en retorno le obsequia un beso. Nosotros no hubiésemos tratado, ya hace mucho que no montamos a caballo, pero la opción no sucedió. ¿Es qué aquello era un escenario?
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Así nos fuimos de la estancia. Muy contentos de haber presenciado los espectáculos, pero no muy seguros que habíamos visto a los gauchos. Un par de días después visitamos la ciudad de Luján y de improvisto nos encontramos con un grupos de jinetes. Tuvimos la oportunidad de hablar con ellos brevemente. Entonces cuando le celebramos sus caballos comprobamos que estábamos hablando con gente del campo de verdad. Porque el gaucho esta supuesto ser una persona del campo. Como todos, cada persona tiene su personalidad, pero en lo general es gente de sentimientos sanos que le gusta brindar lo que tiene. Eso es lo que esperábamos del gaucho. |
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En Luján tan pronto algunos de los jinetes nos vieron fijándonos en sus caballos y después celebrándolos se brindaron a bajarse y permitirnos montarlos. Nosotros no pudimos aceptar tal invitación, no estamos preparados y aunque lo estuviésemos, era demasiado el honor que se nos brindaba. Porque para el jinete de verdad, sea gaucho o sea de donde sea, su caballo es lo máximo que puede brindar y lo consideramos muy incorrecto abusar de tanta generosidad. Pero el acto sucedió y nuestras dudas desaparecieron por completo. El gaucho aun existe en la Argentina y si algún día visita este país, trate de ir en un tour a una de las haciendas rurales o a uno de los festivales rurales. Con respecto a la estancia que nosotros visitamos, gracias por un día inolvidable y por favor disculpen nuestras dudas, es que somos gente de ciudad. |
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