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Una ciudad que cuenta con más de 19 millones de habitantes, como lo es México Distrito Federal, no debe de impresionar al caminante. Es de esperar que todo lo que uno desee allí lo puede encontrar. Y es así en México, sea lo que sea, si lo busca créame que lo va a encontrar. En esta ciudad no se puede andar con tonteras por ser muy cierto aquel dicho que dice: “Tenga mucho cuidado con lo que pide, porque a lo mejor, se lo conceden.” | |
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Pero nosotros quisiéramos ser caminantes y por tanto no buscamos ni pedimos. Es cierto que llevamos un pequeño itinerario y listas de hoteles y restaurantes, en el caso de Ciudad México bien extensa. Práctico siempre es algún mapa, pero en realidad para nosotros su utilidad es bien limitada y por eso no le prestamos mucho caso. Sin embargo, tratamos que sea el camino quien despierte el interés; porque siempre, aun con sus caprichos, terminamos visitando lo que más nos agrada. Es ahí donde esta ciudad es impresionante, Ciudad México no tiene fin. | |
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En esta visita a la ciudad de México, enero del 2002, nos hospedamos en una sección de la ciudad llamada la Zona Rosa. Dio la casualidad que fue el mismo hotel donde nos habíamos hospedado cuando visitamos hace unos años. Esta zona, unas 20 cuadras, de la ciudad es dedicada al turismo y sinceramente hay muchos restaurantes y tiendas allí, lo suficiente para pasarse una semana sin aburrirse.
También fuimos al centro de México. No sólo a ver la Catedral, el Templo Mayor, y el Palacio Presidencial, también a caminar. Le llaman el Centro Histórico por sus muchas edificaciones antiguas. Allí hay una calle donde son tantas las librerías que no pudimos visitarlas todas. Hay otra calle de tiendas de vestidos de novias que a pesar que no somos modistas fue deslumbrante la cantidad de vestidos lindos que vimos al pasar. |
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Según las leyendas Ciudad México, o México Tenochtitlan, se fundó en una pequeña isla en medio de un lago donde en 1325 los antepasados de los temibles aztecas vieron un águila sobre un cactus, o nopal, comiéndose una serpiente; escena que vemos representada en el centro de la bandera mexicana. Tal isla se encontraba en donde hoy está el centro de la ciudad. Allí fue donde los aztecas edificaron sus pirámides.
México habiendo sido muy dichoso en yacimientos de oro y plata, desde que Cortés arribó en Veracruz fue una de las posesiones más codiciadas del Imperio Español. Concediéndole, y también para estar seguros que el metal no dejara de fluir, a la ciudad de México el título de sede del virreinato de Nueva España. Y sobre las pirámides los europeos construyeron sus palacios y catedrales. En esta sección de la ciudad vimos muchas muestras de edificaciones coloniales. También visitamos las excavaciones donde están tratando de rescatar los cimientos de las pirámides aztecas. |
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En este viaje logramos llegar hasta Xochimilco, último refugio del lago que una vez cubría el valle donde hoy se encuentra la Ciudad de México. Según nos contaron, antes que los antepasados de los aztecas decidieran fundar su ciudad en esta región, ya habitaban aquí personas de la cultura Xochimilco. La conquista del lago comenzó con esta cultura y para lograr tal propósito usaron plataformas flotantes, o chinampas, en las que sembraban sus cosechas. Eventualmente las raíces se fueron afianzando al fondo del lago, llegando a convertirse en jardines semiflotantes. Entre las chinampas dejaron canales por los cuales se podían trasladar sobre botes o canoas. Es por esos canales donde aun se puede pasear y pasar un rato agradable. Sólo tiene que ir al embarcadero, a unos 20 kilómetros al sur del centro de México, y rentar una lancha o trajinera. Nos dijo nuestro guía que lo ideal es llegar un poco antes del medio día y almorzar en la lancha mientras lo llevan a pasear. Puede llevar su comida o decirle al guía que se la tengan lista junto con la trajinera. También nos dijeron que hay unas mil trajineras disponibles y que en días festivos todas son rentadas. | |
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Un dato muy curioso es el nombre de México en sí. En el diccionario de la Real Academia Española vemos preferencia por escribir Méjico, sin embargo nos dijeron que en el nombre oficial del país y de la ciudad se escribe México. Pero la cosa no termina ahí. Nos dijo nuestro guía que realmente México se pronunciaba algo así como Méshico, la “é” teniendo cierta resonancia, profundidad, y siendo algo más larga de lo común. Lo simpático es que cuando este señor lo pronunció de tal forma recordamos que ya lo habíamos oído ser llamado así. Lo que no podemos asegurar es si fueron en lo cuentos de nuestros abuelos o en otro lugar. Lo cierto es que sonaba muy natural y sumamente agradable al oído. Como si fuera una palabra mágica, lo cual tiene mucho sentido porque pronunciada correctamente, es muy posible que lo sea. | |
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