El estado de Goiás, Brasil, es agraciado por numerosas corrientes que surcan sus verdes colinas. Algunas son arroyos, apenas del ancho de un paso, que se deslizan por entre la vegetación. Otros, como el Corumbá, se precipitan de lo alto de la montaña en caudal propio de catarata. Entre palmeras y maleza de selva tropical se puede admirar la gracia con que la naturaleza, cuando ella desea, dota a sus ríos.

¿Qué alto tiene el salto del Corumbá? Realmente no sabemos, pero tal vez usted lo pueda estimar. En la parte superior del primer salto, en la caída a la derecha en la foto, hay dos personas vestidas de rojo. ¿Las ve?

¿Y ahora? pero ya no podemos ampliar más la foto. Estas personas descienden por las aguas del salto por medio de unas cuerdas que tienen allí amarradas. Y aunque nos gustan las aventuras, está preferimos sólo verla de lejos.

Las aguas del salto caen en una piscina que después abandonan por un torrente que brota entre la roca tallada. De la piscina del torrente el río continúa su curso por un cauce entre rocas. Tenemos entendido que es el mayor río del estado de Goías.

El Salto del Corumbá, visto desde la lejanía, es maravilloso, alto, abundante y después se escapa todo aquel impetuoso líquido por entre la roca con un vigor que causa un estruendo ensordecedor. Una experiencia conmovedora el poder arrimarse a la orilla de su segunda piscina y ver el agua fresca fluir, rugir, vivir.

Corumbá es también el nombre de uno de esos pueblitos que a no ser por tal vez parar para comprar un refresco camino al salto del río Corumbá, escapa la atención del viajante. Una de esas joyas que pasa desapercibida a no ser que el camino se encapriche en que la encontremos. Y bueno, no fue así en este caso porque por suerte tuvimos quien nos llevó expresamente a este rincón del Brasil para que pudiéramos conocer sus verdaderas raíces, profundas y conmovedoras raíces.

Bello y apacible es Corumbá. Calles de piedras, casas pintorescas y alegres, en el borde de una pequeña colina en las cercanías del río por su nombre. No muy lejos de la ciudad de Anápolis desde donde se puede realizar el viaje por una carretera en excelentes condiciones. Y la iglesia, con la gracia de pueblo pequeño y la suma de los años, culmina el viaje con un toque místico y de pureza.

Corumbá ha sido declarado Patrimonio Histórico Nacional. Su iglesia, de Nossa Senhora de Penha, fue construida en 1751. Usualmente se le refiere a este pueblo por Corumbá de Goías ya que existe una ciudad en Brasil, en el Pantanal, también llamada Corumbá.