Brasil |
Todo Beleza |
Caminando sin rumbo |
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Brasil es un despertar, un renacer. Muy diferente a todo lo que nos habíamos imaginado. Es cierto que es muy natural, muy multicultural, muy Nuevo Mundo. Sin embargo, para nuestro asombro lo que vimos en nuestros viajes a São Paulo y Praia Grande, y posteriormente a Goiânia, Anápolis y culminando en Brasilia, fue un Brasil muy diferente al que usualmente vemos presentado o anunciado. Las personas brindan al extranjero una acogida cariñosa y sana, como si fueran gente de aldea, pero esa misma gente en su rutina diaria se desenvuelven con el deseo de trabajar y realizar sus empresas tal y como lo hacen los ejecutivos de las grandes corporaciones en los Estados Unidos. Gente muy decente, de mente extensa y flexible, posiblemente el lugar donde hemos visto más programas educativos en la televisión a todas horas del día y la noche, una gran sorpresa nos llevamos, un país donde han logrado unir la alegría del vivir con la formalidad y empeño que la prosperidad demanda. |
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Los brasileños, o brasileros como ellos se llaman, que tuvimos la oportunidad de tratar son gente noble, muy dispuestos todos a no permitir que nuestra falta de conocimientos de su idioma impidiera la posibilidad de fundir una nueva amistad. Gente orgullosa de su país, con toda razón, que a la vez quiere conocer todo lo que el resto del mundo ofrece. No critican, al contrario, admiran y en muchos casos halagan a las otras culturas y países. La religión y la política son cosas personales que se respetan y no se conversan. Claro, nos imaginamos que no todo el mundo sea así, lo único que nosotros no tratamos a nadie que no lo fuera y como siempre, hablamos con toda persona que nos brinda un ratico de su tiempo. |
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Muy interesante es la movilidad que existe dentro de Brasil. Nosotros visitamos São Paulo y como es de esperar ya que esta ciudad es la mayor del país, habían muchas personas allí de otras partes. Sin embargo, también muchas eran oriundas de esta ciudad o sus cercanías, siendo el dato curioso que habían vivido tiempo en otras ciudades. Al menos visitado, pero no con el espíritu de turista de ir a disfrutar de lo mejor que esas otras ciudades tienen que ofrecer, sino con el deseo de conocer como es la vida en esos otros lugares. Y nada de críticas para nadie. |
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Diferente por completo a todo lo que conocemos es Brasil. El vestir es elegante sin ser exagerado con un toque tropical y único, donde algunos colores muy lejos de ser conservadores resaltan. Les encanta lo extranjero al igual que lo nacional. Las conversaciones tratan tópicos ligeros y las construcciones son matemáticas complejas hechas realidad. En el medio de la ciudad se ven colonias de periquitos y mariposas de todos los colores, incluyendo unas azules que son bellas. Mucho orden y respeto sin ser la indiferencia la regla. Nosotros no presenciamos el desprecio o discriminación hacia nadie en ningún momento o lugar, y se ve que no es cosa de diente para afuera, sino de corazón. Parece asombroso, y lo es. |
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Después de muchos años ansiando por conocer al Brasil, en julio del 2004 logramos llegar a la ciudad de São Paulo. Esta fecha es invierno en esta ciudad y no necesariamente la mejor época para visitar. Desde São Paulo fuimos hasta Praia Grande, una playa en la costa del Atlántico que está alrededor de una hora de viaje por carretera. En esa área costera hay varias playas, algunas de edificios muy bellos y paseos muy atractivos. Nos dijeron que Praia Grande no es necesariamente la mejor playa en la zona. Mejor o peor es relativo, porque nosotros encontramos allí lo que buscábamos y por tanto, sin lugar a dudas, era la mejor para nosotros. |
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No resistimos nuestros deseos y completamos el año regresando al Brasil a finales de octubre. En tal ocasión nos encaminamos hacia una ciudad del interior llamada Anápolis, en el estado de Goiás, con el deseo de compartir un rato con amistades que hasta entonces sólo conocíamos por referencia. Nos llevaron a conocer la ciudad de Goiânia, capital del estado, y varios pueblos y lugares cercanos; y nos complacen el deseo de toda una vida, con el cariño ya no de amistades sino de familiares y orgullo justificado, nos llevaron a Brasilia. |
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Todo Beleza. Algunas personas que conocimos en Brasil respondía con la frase “Todo beleza”, que nos imaginamos ya usted haya deducido que significa algo así como “Todo belleza”, al preguntársele ¿Cómo está usted?, sinónimo con “Todo bien”. Al nosotros no saber que era una respuesta usual, las primeras veces que nos respondieron “Todo beleza” movíamos la mirada hacia lo que nos rodeaba y como todo era belleza, respondíamos “Sí, todo beleza”. Sorprendidos aquellos que lo decían por nuestra reacción ingenua, entonces miraban a los alrededores y ya con risas marcadas repetían “Todo beleza”. Algo que ya el camino nos había enseñado hace mucho tiempo. Muchas veces la inocencia logra más que la sabiduría. |
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