Copacabana es la combinación de un paseo, una playa y mucha popularidad turística. Por unos cuatro kilómetros se extiende este paseo y playa en forma semicircular resguardados por una cordillera de edificios; en su mayoría hoteles los que dan al océano y el resto, llegando hasta las montañas, negocios y casas de apartamentos. La playa es el litoral con el océano Atlántico y se extiende desde el Fuerte de Copacabana hasta un peñasco de roca sólida llamado el Morro de Leme. Detrás de este morro se encuentra el famoso Pan de Azúcar y al otro lado del fuerte la no menos conocida playa de Ipanema.

Aunque el paseo y la playa son continuos pertenecen a dos barrios diferentes, el de Copacabana y el de Leme. Por eso les llaman la playa de Copacabana, de unos tres kilómetros, y la playa de Leme, ocurriendo la división en la avenida Princesa Isabel. Para nuestros efectos no hace mucha diferencia pero no queremos ofender a nadie omitiendo estos datos.

El paseo principalmente consiste de la famosa acera con sus dibujos en forma de ondas u olas. En esa acera vemos personas caminando y otras corriendo. Algunos sentados en los quioscos tomando agua de coco o algún otro líquido con mayor porcentaje de alcohol. En todas partes hay vendedores ambulantes que no se cansan de ofrecer sus mercancías a pesar que son pocos los que compran.

Entre la acera y el océano se encuentra la famosa playa. Cuando nosotros fuimos empezaba la temporada y ya se veían mucha gente allí durante las horas de sol. Es un lugar ideal para conocer otras personas del resto del mundo o para broncear la piel. Por cierto, con respecto al vestuario, vimos mucha más tela que en las playas de otros países que hemos estado. Siempre hay excepciones, pero lo que nosotros presenciamos fue que el descontrol que tanto anuncian es más entre las extranjeras que en las cariocas.

A todo lo largo de la playa corre la Avenida Atlántica. Es una calle muy pintoresca con un paseo peatonal entre sus dos vías, de tres carrileras cada una, donde hay sembradas algunas palmas y otras plantas de playa. En el lado de la playa tiene una senda para bicicletas y después la acera que bordea la arena; en el lado de los edificios tiene una acera más ancha.

Al atardecer en el paseo al centro de la Avenida Atlántica tenían una feria artesanal seguida por una feria de pinturas. Fue en estas ferias donde conseguimos muchos de los regalos que tanto esperan nuestros familiares y amistades a nuestro regreso de cada viaje. Los domingos, por cierto tiempo, la vía próxima a la playa la convierten en peatonal; entonces se ve aun más gente desfilando, muchas más bicicletas y a los niños montando en sus triciclos y carritos eléctricos.

Por las noches son muchos los restaurantes en la acera de la Avenida Atlántica, en la parte donde están los hoteles. Algunos de estos restaurantes son al aire libre, terrazas. Es allí donde se aprecia la brisa tropical mientras tal vez algún músico se nos acerca a deleitar con ritmos de bossa nova o samba y de esta forma complementar un ambiente ya ideal.

Son la playa y la acera de Copacabana y Leme grandes atracciones en Río de Janeiro, pero la bella ciudad, ni siquiera esta zona, se limita a sol, arena y agua. Tan pronto nos alejamos de la Avenida Atlántica por una de las calles que penetran la ciudad, empezamos a ver tiendas de ropa de marca. Al extremo de Leme está el morro donde algunos artistas se reúnen los domingos y en el muelle pesca la gente. Al Fuerte de Copacabana se puede entrar; y ya en esa área si continuamos caminando a dos o tres cuadras estamos en la playa de Ipanema, de donde podemos pasar a Lagoa Rodrigo de Freitas y bueno, si seguimos vamos a necesitar un taxi para regresar; nosotros nunca llegamos tan lejos sin que antes algo capturara nuestra atención.

En nuestro viaje a Río de Janeiro, en la Playa de Copacabana, fuimos víctimas del crimen. La policía presto la atención requerida al problema y quedamos complacidos. Según nos dijeron: más que un problema de crimen es un “problema cultural” en el que están trabajando. Con esto se refirieron a la pobreza y la protección que la ley otorga a los menores de edad. De verdad que sentimos mucho poner esta nota aquí pero si no lo hacemos no seriamos francos.