En nuestro viaje a Londres no hicimos reservaciones para rentar carro; aparentemente fue una idea muy buena. Al llegar al hotel lo primero que vimos al bajarnos del taxi que nos llevaba desde el aeropuerto fue un policía poniéndole una multa de parqueo a un carro frente al hotel. Días más tarde a otro carro en la misma cuadra le habían puesto un candado en una rueda. La cosa es que en muchas calles hay que pagar parqueo, lo cual hubiese sido un detalle más del cual estar al tanto si hubiésemos optado por rentar un carro en Londres.

Por un reporte que vimos en el periódico en el 2006 habían puesto un millón de multas basados en las imágenes captadas por las cámaras de seguridad que hay distribuidas por toda la ciudad. No que no sea justo, pero con el volante a la derecha por seguro vamos a cometer algunas infracciones hasta que nos adaptemos al sistema; lo cual nosotros pensábamos compensar comenzando a practicar el domingo por la mañana que es cuando menos tráfico hay en todas partes y si algún policía nos paraba explicarle nuestra situación a ver si nos perdonaba; pero ¿cómo explicarle a una cámara de seguridad nuestro plan que hasta ahora siempre había trabajado?

En Londres, al menos en lo que llaman la Zona 1 que es el centro, nosotros no vimos la necesidad de rentar un carro y en vez de ser una comodidad puede ser un serio inconveniente. El transporte público del metro fue el medio que más usamos para trasladarnos dentro de la ciudad. Durante las horas que el metro no funciona, los autobuses pudieron cubrir la necesidad; y las excursiones fuera de la ciudad las complacimos con los trenes. En algunas ocasiones usamos taxis, pero fue por pura comodidad.

Este fue nuestro primer viaje al Reino Unido y sólo vimos una parte de Londres. Tal vez, si el camino nos permite regresar, cuando ya estemos listos para ir a conocer algunos lugares rurales, no sea mala idea rentar un carro, pero aun nos falta mucho antes de llegar allá.