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El tráfico de automóviles en Nueva York, al menos en Manhattan, no es nada terrible. Al contrario, se desplazaba muy organizado, todos los autos respetando las luces de tráfico y no vimos a nadie cometiendo locuras. Uno que otro turista perdido tratando de doblar después que había pasado la intersección, pero eso pasa en todas partes y es parte del manejar. |
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Es cierto que en toda la ciudad hay un semáforo en cada cuadra y nos imaginamos que después de un rato el para y avanza puede ser algo molesto. Los taxis que tomamos nos trasladaron con mucha eficiencia y no estaban corriendo ni haciendo barbaridades.
Tal vez el mayor problema sea el parqueo que es muy caro y no tan fácil de conseguir en algunas partes. Definitivamente en esta ciudad no es necesario manejar. Si va con su carro, tal vez lo mejor sea dejarlo en el parqueo del hotel, averigüe cuando haga las reservaciones si tienen parqueo disponible, y trasladarse dentro de la ciudad usando otros medios de trasporte; como el subway, taxis, los autobuses, o a pie. Sí lleve zapatos cómodos porque va a caminar mucho. |
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Basándonos en otros viajes que hemos hecho hace varios años, en los cuales hemos pasado por Nueva York en rumbo al norte, en las autopistas sí tiene que prestar mucha atención. Recordamos haber manejado a más de 60 millas (a más de 100 kilómetros) por hora prácticamente pegados al carro que iba delante. Cada vez que por precaución nos separábamos un poquito, no mucho más de la distancia de un carro, se nos colaba otro de cualquiera de los lados y volvíamos a estar pegados. Tenga mucho cuidado y trate de entrar en las autopistas de Nueva York muy calmado. No se alarme, es muy natural que cuando ya deje esta área atrás esté todo erizado. |
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