Guatemala es un país de Centroamérica con playas y pesca en el océano Pacífico y mar Caribe. Una infinidad de ruinas mayas, la gran mayoría aun no excavadas. Selvas tropicales donde los amantes de la naturaleza se pueden topar lo mismo con un tucán que con un jaguar. Un sinfín de pueblos coloniales, todos con su iglesia y parque. Guatemala tiene treinta y siete volcanes, de los cuales cuatro estaban activos durante nuestra visita. Y una capital con todas las comodidades del mundo y la atención y cordialidad típica de toda América Latina.

Al que nunca ha ido anteriormente, como nosotros, le recomiendan cuatro localidades por donde empezar a explorar Guatemala. Sólo pudimos llegar a tres de ellas, creando una excusa para regresar. El lago Atitlán se lo debemos. Las otras tres, aunque terminamos muy cansados, las caminamos de punta a cabo.

El primer día, porque llegamos pasadas la 1:00 de la madrugada, visitamos la ciudad de Guatemala, capital de Guatemala. Fuimos al centro de la ciudad, el Mapa en Relieve, el Museo Nacional de Arqueología y Etnología y el magnífico Zoológico. Después que nos dejaron en el hotel, apenas podíamos caminar.

El segundo día visitamos la no muy lejana ciudad de Antigua. Le llaman así porque era la «antigua» capital de Guatemala. Aquí ya la cosa fue más descansada y tuvimos la oportunidad de empezar a conocer a los ciudadanos. También visitamos un par de pueblos más lejanos, una fábrica donde procesan el apreciado jade, un taller de confección de vestimentas típicas y otros lugares de artesanías. Se nos ofreció subir, bueno al menos llegar hasta el comienzo del camino a la cima, un volcán pero esta invitación la rechazamos a cambio de emplear el tiempo en disfrutar de un ambiente acogedor y pintoresco en el centro del pueblo.

El tercer día madrugamos y nos fuimos al Parque Nacional Tikal. Lleve zapatos súper cómodos y prepárese para subir escaleras de piedra y madera. Tikal es una selva tropical donde se han desenterrado y restaurado una considerable cantidad de pirámides, o templos, y otras edificaciones de la cultura maya además de la selva de por sí tener una gran cantidad de vida natural tanto de la flora como de la fauna. Cuando regresamos nos podían pegar un fierro en las piernas que por seguro no lo íbamos a sentir.

El cuarto día lo pasamos de vuelta en la ciudad de Guatemala, buscando información para futuras presentaciones y comprando algunos recuerdos turísticos. Como siempre, este último día fue extraordinario y algo melancólico. Tal vez porque estábamos ya orientados o tal vez porque estábamos pasándola tan bien, la realidad es que no queríamos regresar.

Habían muchísimos guías de turismo, alrededor de cien sólo en la zona de Tikal, en la ciudad de Guatemala aun más. Sería preferible ponerse en contacto con un servicio de guías antes de llegar.

Estas son las impresiones, acompañadas de algunas fotos nuestras y otras también muy interesantes, que nosotros captamos en nuestra visita a Guatemala. Nosotros no somos guías turísticos ni analistas políticos, turistas normales y corrientes. Dentro de tales limitaciones, exponemos nuestras observaciones de este país de América Central. Gracias por acompañarnos en este viaje y sí decide visitar Guatemala, le deseamos una aventura tan agradable como la nuestra.