Al Estado de Florida no se le llama así por las muchas flores que adornan sus jardines y paisajes. En abril de 1513, Ponce de León bautizó con el nombre de Florida lo que es el actual Estado de Florida por ser la temporada de las Pascuas Florida cuando llegó a estas tierras, teniendo nada que ver con la vegetación.

Casi de inmediato después que Ponce de León llegó a la Florida, fueron muchos los intentos por parte de los europeos en colonizar estas tierras. Por una razón u otra, todas aquellas empresas fracasaron excepto el asiento de San Agustín. Hubo otros asientos, pero hasta finales del siglo XIX el Estado de Florida no fue parte de la evolución que el resto del Nuevo Mundo experimentaba. Ya en las últimas dos décadas del siglo XIX los ferrocarriles y los hoteles lograron lo que no pudieron hacer los conquistadores y los ejércitos que tanto persistieron por siglos. La Florida definitivamente fue integrada al resto del Nuevo Mundo.

Localizado al extremo sureste de la Unión Continental, la Florida goza de un clima cálido todo el año. Gran parte del estado es formado por una península que separa al Golfo de México con el océano Atlántico, y el resto del territorio constituye una franja costera del continente. Abundante en playas, vegetación verde todo el año y grandes extensiones de tierra aun en su estado natural, la Florida es uno de los estados más atractivo y placentero en los Estados Unidos de América. Lo cual ha hecho que el desenvolvimiento económico en este estado haya incrementado más allá de lo estimado.

Se pueden nombrar varios acontecimientos que han acelerado el crecimiento incalculable de la Florida. Definitivamente la primera mitad del siglo XX fue la era de oro del estado, pero la segunda mitad tenemos que medirla en términos fuera de este mundo. La Nasa en sus cohetes espaciales envió al hombre desde la Florida hasta la Luna, y aun mantiene un programa bien complejo en lo que se relaciona con el espacio. Disney World nos ha llevado al mundo de la fantasía y alegría, junto con la comprensión y aceptación de nuestra responsabilidad con respecto al medio ambiente y el respeto al prójimo. Las líneas de cruceros que llevan a los turistas desde los puertos de la Florida a disfrutar por el resto del mundo. Sin olvidarnos de las inmigraciones cubanas de finales del siglo XIX y del siglo XX, que abrieron las puertas a otras inmigraciones como la chilena, nicaragüense, venezolana, argentina y de tantos otros países y el aporte de todas estas inmigraciones con sus conocimientos, cultura y deseos de prosperar.

Esta es la Florida, tierra de flores y playas, escasa en construcciones antiguas y exagerada en las modernas, donde el ritmo de la zamba, el tango y la salsa son cosas del diario. Es en la Florida donde la fantasía y la realidad son una, y es la misma.