Dichosos los joyeros que en su colección tengan una prenda de perlas del Pacífico. Siempre codiciadas, a la par de las piedras y metales preciosos, para ser lucidas en las fiestas y recepciones.

Ya que la demanda siempre ha sido mayor de lo que las ostras producen en su naturaleza, se han desarrollado formas de aumentar la producción. Son las perlas de cultivo las que vemos en estas fotos.

Aparentemente el cultivo ya lo han perfeccionado a tal punto que con las perlas de dos o tres de estas ostras se puede hacer un collar y tal vez hasta alcancen para los aretes. Aunque aquellos que son expertos en perlas pueden diferenciar entre las naturales y las de cultivo, para la mayoría de las personas como nosotros no existe diferencia. Sólo que las que vemos aquí, son mucho más económicas y ya sabemos la razón.

Durante este viaje a China tuvimos la oportunidad de visitar algunos lugares de artesanías. En varios de ellos le permitían al visitante, como en este caso, presenciar como elaboran los diferentes artículos. Muy interesante y al menos nos da la impresión que son auténticos.